viernes, 4 de julio de 2008

LAS SECTAS JUDÍAS

Por. Reynaldo Estrada
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Surgieron los fariseos, saduceos, esenios. Todas ellas causaron una influencia en la vida religiosa de la época.

(1) Los fariseos: eran los sucesores religiosos de los hasideos o chasidim “fuertes varones de Israel” que llegaron a ser los “defensores de la ley judía”. Eran celosos para mantener fiel la nación judía a sus antiguas tradiciones. Cuando Jonatán, hijo de Matatías comenzó a luchar no por la causa de Dios sino por su propia causa, y cuando Simón el sumo-sacerdote luchó no por Dios sino por el pueblo, entonces los hasideos se separaron del partido de los Macabeos. De ahí que el nombre de Fariseo significara “separatista”. Los fariseos eran varones judíos que se agruparon alrededor de los escribas judíos, y aceptaron sus enseñanzas acerca de la ley. La ley como la explicaban los escribas estaba fuera del alcance del pueblo judío ordinario. Los fariseos cada día multiplicaban las señales exteriores de la ley para ser distinguidos del mundo gentil y de aquellos judíos ordinarios que a ellos se aproximaban. Llevaban flecos en sus mantos-tiras de pergamino-canitas de cueros sujetos a la frente, cabeza y cuello, inscritas con texto de las ley-largas oraciones hechas en lugares públicos-abstinencia rigurosa-inmersiones en agua constantes. Mantuvieron viva la esperanza en la próxima venida del Mesías-enfatizaban que Dios premia la obediencia a la ley-consolaban a la gente con la recompensa de la vida eterna-exhortaban a los impíos judíos con un castigo eterno en la vida venidera. De todas las sectas judías, la de los fariseos era la más distinguida. Eran muy patriotas. La restauración de la soberanía divina era su objeto. Fueron severos jueces de quien no practicaban los actos externos de la ley.
(2) Los saduceos: el partido rival de los fariseos, tomó su nombre de Sadoc, el sumo-sacerdote elevado por Salomón (1 Reyes 2:35). Los saduceos enfatizaban más la ley moral que la ley ceremonial. Negaban la autoridad de la tradición judía y cuestionaban todas las revelaciones hechas después de Moisés. Negaban las doctrinas de la resurrección, de la inmortalidad del alma. Negaban la existencia de los ángeles y de los espíritus (Hechos 23:8). Los preceptos de la ley eran su predicación. Eran indiferentes a la esperanza mesiánica. Los saduceos eran gente judía de posición y riqueza. Algunos ostentaban el cargo de sumo-sacerdote. Por ejemplo: Anás y su yerno Caifás eran saduceos. Persiguieron a los apóstoles de Jesús, porque “estos enseñaban al pueblo y predicaban en Jesús la resurrección de los muertos”.
(3) Los esenios: Predicaban muy parecido a Juan el Bautista y aun a Jesús de Nazaret. Rechazaban las formas mecánicas del fariseísmo. No tomaban parte en los negocios públicos. Pasaban la vida en sitios retirados y solitarios de la sociedad. Se dedicaban al trabajo agrícola. Tenían hábitos ascéticos, con el celibato, abluciones y oraciones. Procuraban el ideal de la pureza levítica. Los esenios se abstenían de toda clase de juramentos. Desdeñaban de las riquezas. Aborrecían las guerras y la esclavitud. Aunque celosos de la ley, la quebrantaban al no hacer sacrificios de animales y adoraban al sol. Tenían a las Escrituras en la más alta reverencia. Creían en la inmortalidad del alma. NO admitían la doctrina de la resurrección del cuerpo. Las terapias del alma se deben a los esenios.
(4) Los escribas: En sí no eran una secta judía sino una profesión erudita. Era el cuerpo Spherim cuya labor consistía en copiar y explicar lo copiado de la ley. Comenzaron en los tiempos de Esdras. El objetivo era promover la reverencia a la ley, haciéndola la base de la religiosa del pueblo. Los sucesores en los tiempos de Jesús fueron conocidos como los Tanaim o legalistas o maestros de la ley. Recibían el tratamiento de Rab, Rabbi, Rabbam. Los escriban sólo repetían las enseñanzas y tradiciones de los ancianos de Israel. En asuntos de religión se inclinaban más hacia el lado de los fariseos (Mateo 23).
(5) Los Galileos: Tuvieron su origen en Judas de Galilea (Gamala), enseñaron que los extranjeros eran enemigos de las Escrituras y que sólo Dios era el único rey de los judíos. Para ellos era ilícito hacer oraciones por reyes. Hacían sus sacrificios aparte. Como Jesús y sus doce discípulos eran de Galilea, los Fariseos los identificaron con esta secta judía.
(6) Los Zelotes: Tuvieron su origen en Simón el Cananita (Mateo 10:4) pero la inclinación se da más hacía Simón Zelote o Simón el celador de Lucas 6:15, su sobre-nombre quiere decir “Gana, arder, ser celoso”.
(7) Los Herodianos: Eran una secta política más que religiosa. Tomaron su nombre de Herodes. Promovieron la intimidad con Roma, con adulaciones y sumisión ilimitada. Trataban de inclinar las convicciones religiosas a la política mundana. De esta mezcla era la que Jesús le advirtió a sus discípulos que se cuidaran.
(8) Los Prosélitos: Encontramos este término en Mateo 23:15 – Hechos 2:10 – Hechos 6:5 – Hechos 13:43. Este término se aplicó a los gentiles que tomaban sobre sí las obligaciones religiosas de la ley mosaica. Se unían a los sacrificios en el atrio exterior del templo judío. Los Fariseos fueron los conquistadores de estos prosélitos gentiles. Los prosélitos no tenían bien claro la conversión al judaísmo. No hacían más que cambiar sus supersticiones, acallando las acusaciones de su conciencia y se convirtieron en la práctica “hijo de infierno” dos veces más que sus maestros los fariseos. Estos prosélitos llegaron a ser los más enconados enemigos de Pablo y de la fe cristiana en el primer siglo. Cornelio en Hechos 10:2 y Lidia en Hechos 16:4 fueron prosélitos que se abstuvieron de prácticas paganas y adoraban al Dios verdadero de Israel.
(9) Los Samaritanos: Creían que formaban parte del pacto mosaico. Pero Jesús los distingue de las ovejas pérdidas de la casa de Israel y de los paganos (Mateo 10:5,6). Los samaritanos que vivieron en el tiempo de Jesús procedían de los asirios, después que el rey de Asiria transportó las diez tribus (1 Reyes 17). Los samaritanos solicitaron colaborar con la re-edificación del templo de Jerusalén, pero Zorobabel y los jefes judíos rechazaron la oferta, por considerar que ellos no eran judíos fieles (Esdras 4:1-3). Erigieron en el monte Gerizim un templo independiente al templo judío y duró hasta los días de Juan Hircano (109 a. de J.C.). Los samaritanos fundamentaron su fe y práctica sólo en el Pentateuco y rechazaron todo tipo del resto de las Escrituras del Cano judío. Derechos reservados-Nit-800211614-1-RCMIJ-Reynaldo Estrada ministries.