jueves, 10 de julio de 2008

YA PASÓ EL DÍA ARDIENTE DE JEHOVÁ

Por. Reynaldo Estrada
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1. Dice Malaquías 3:5 “Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos. Malaquías 4:1 dice Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. 2Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. 3Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
2. Malaquías es el profeta de la destrucción. El contexto de su profecía nos presenta una terrible acusación contra toda la nación de Israel. Dios mismo es el acusador contra el sacrilegio, hipocresía, desprecio, infidelidad conyugal espiritual, perjuro, apostasía y blasfemia de Israel contra Su Dios.
3. Los judíos tienen la desfachatez de repudiar la acusación que les hace el Señor y el descaro de no aceptar cada uno de esos cargos. Ellos fueron insensibles a la moral, pues, a lo bueno le dijeron malo y a lo malo bueno, y así vinieron de convertirse de fruta verde a fruta madura lista para la siega o juicio.
4. La profecía de Malaquías 3:5 “Y vendré a vosotros para juicio” y la de Malaquías 4:1 “viene el día ardiente como un horno” tendrían su cumplimiento en el año 70 d.C. cuando el general Tito con toda la poderosa tropa de soldados romanos entraron en Jerusalén y destruyeron el templo, sus edificios, sus registros y toda la ciudad santa de los judíos a quién Malaquías les profetizó destrucción por su abierta rebelión contra Su Dios.
5. A este “día de horno ardiente” o de juicio, el profeta Joel 2:31 lo llama “día grande y espantoso de Jehová”. Este es el mismo día que lo encontramos en el discurso del apóstol Pedro en Hechos 2:20 referenciado a los “varones israelitas” que vinieron de todas las naciones debajo del cielo a la ciudad santa (40 años antes de la destrucción del templo y de Jerusalén).
6. Pero antes de Hechos 2:20 está Mateo 11:14 donde el Señor Jesús (40 años antes de la destrucción del templo y de Jerusalén) les dice a los judíos que el Elías de Malaquías 4:5 es Juan Bautista, el precursor del Mesías Cristo Jesús. Debido al no arrepentimiento de los varones israelitas de las ciudades de Corazín y Betsaida, el Señor Jesús les habló: “os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras”. Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida. os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti. Jesús habló de “un día de juicio” que se cumplió en el año 70 d.C. de nuestra era cristiana.
7. Ya el profeta Malaquías a éstos varones israelitas les venía diciendo en el 3:2 “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores”. El día ardiente, grande y espantoso de Jehová es el mismo tiempo de Su venida o de Su manifestación en juicio contra Israel. Ese tiempo de Su venida fue como fuego purificador y como jabón de lavadores. El tiempo de Su venida fue algo que ellos no pudieron soportar. Ningún varón israelita no arrepentido pudo estar en pie en ese día de Su venida en fuego o en juicio que sucedió en el año 70 d.C.
8. ¿Quiénes cuando vino ese día de fuego purificador, no pudieron sostenerse en pie? Apocalipsis 6:17 dice porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? El V:25 dice Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero. Ninguno de ellos se escapó del día ardiente. Ese fue día de juicio y de ira. Ese fue día del rostro del Cordero de Dios. En el año 70 d.C. les llegó el gran día de la ira del Cordero y ¿Quién de ellos pudo sostenerse en pie? Ninguno.
9. En Malaquías 3:1 estuvo profetizado que el Señor “vendría súbitamente a Su templo”, y en el V:2 el profeta pregunta ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? En Su manifestación en juicio, el Señor visitó judicialmente a la casa de Su Padre (el templo judío) y su casa quedó completamente desierta o desolada. El templo o casa era el centro de la vida religiosa de la nación de Israel; era el símbolo visible del viejo pacto de la ley; era el lugar o casa donde 1 Pedro 4:17 dice que “el juicio debía comenzar por la casa de Dios”. Según 2 Pedro 2:1 debido a los falsos profeta que hubo entre el pueblo de Israel, ellos estaban atrayendo sobre sí mismo “destrucción repentina”.
10. Aunque el día de ira de Jehová era un juicio, también era un día de redención, Malaquías 4:2 dice Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Dentro de la nación apostata de Israel había un remanente fiel. Los apostatas eran escoria que debía ser rechazada y hojarasca que debía ser quemada, pero los fieles eran oro y plata que debía ser refinada. Después de ese día de fuego y oscuridad, el remanente fiel vio el Sol de justicia.
11. Malaquías abría una puerta de misericordia que todavía no estaba cerrada. Si Israel regresaba a Dios, El regresaría a ellos. Si la misión del Elías Juan tenía éxito en recobrar los corazones de los judíos a su Dios, la catástrofe inminente sería retirada (Malaquías 3:17,18) “Serían especial tesoro, en el día que yo actúe; y los perdonaré”. Pero si no volvían su corazón a su Dios, vendría y heriría la tierra con maldición (Malaquías 4:6).
12. Maldición es anatema e implica una completa destrucción sobre la persona o la ciudad como el caso de Jericó (Josué 6:17). Esta maldición es consumación y desolación. Debemos comprender que el mensaje de Malaquías es a Israel; la maldición es para Israel; y la tierra amenazada es la tierra de Israel.
13. ¿Qué pasó entre Malaquías y Juan Bautista? Hubo cuatro siglos en blanco en la historia de Israel. Judea, fue vasalla de grandes monarquías- Persia- Grecia. Egipto- Siria y Roma. No hubo en cuatro siglos mensajero inspirado por Dios que hablase la palabra de Dios. Israel no vio señales; no oyó profetas (Salmo 74:9). En esos cuatro siglos, se establecieron sinagogas judías por todo Judea y la ley se extendió ampliamente. Surgieron los fariseos y saduceos defensores de la ley de Moisés. Los judíos se asentaron en ciudades de Egipto, Asia menor, Grecia e Italia llevando la cátedra de Moisés.
14. Israel guardaba la esperanza de un libertador venidero, un heredero de la cada del Rey David que debía ser teocrático. En cuatrocientos años, no hubo mejoramiento en la condición moral de Israel, pero había un remanente fiel que espera la redención de Israel. A Simeón se le dijo que antes de morir, vería con sus ojos al “ungido de Jehová”. En medio de ese silencio y expectativa irrumpió el profeta Juan Bautista, el Elías de Malaquías. Fue austero y asceta en su estilo de vida. Celoso reformador de la religión, severo censurador del pecado de Israel. Elías tuvo su Acab en su época y Juan a su Herodes.
15. Cuando Juan entra en aquel escenario silencioso, los sacerdotes y levitas de Jerusalén le preguntaron en Juan 1:21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. Con estas preguntas, éstos judíos esperaban la reaparición del Elías literal del Antiguo Testamento. Lucas 1:17 dice que Juan “Iría delante de Jesús con el espíritu y el poder de Elías. Jesús mismo en Mateo 11:14 da testimonio de Juan diciendo: “Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir”. Y en Mateo 17:10-13 afirma “Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron”.
16. Juan fue el segundo Elías y cumplió las predicciones de Isaías y Malaquías concerniente a él. No existe tal cosa como un “Elías futuro” en la historia de Israel, porque el profetizado Elías ya vino. ¿A qué vino el Elías Juan? Lucas 1:76,77) dice que “vino a preparar camino para el libertad de Israel y para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados”. Vino también según Juan 1:7 a dar testimonio de la luz (Jesús), a fin de que todos (los judíos) creyesen en él”.
17. Muchos creen que hasta aquí fue la misión del Elías Juan, pero él vino a Israel con otra connotación ya no de salvación sino de juicio. Juan fue el representante del Juez venidero. Su predicación contiene más palabra de ira que de salvación. ¿Qué hacía el Elías Juan en sus días? Amonestaba a los fariseos y saduceos y multitud de judíos a que “huyeran de la ira venidera”. Volvemos en Juan a entrar en el día ardiente de Jehová.
18. Alegóricamente, Juan les habla del “hacha- juicio” puesta en la raíz del árbol-Israel. Juan les anuncia en mateo 3:12 que viene Uno más poderoso que él, “cuyo aventador está en su mano, y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará”.
19. Juan concatena la profecía de Malaquías. Ambos profetas describen la venida del Señor como un día de ira con fuego que refina y prueba, quema y consume. Ambos profetas hablan de un mismo tiempo de separación entre los justos y los impíos (Malaquías 3:18)(Mateo 3:10). Ambos hablan de una completa destrucción de la paja con fuego que no se apaga (Malaquías 4:1)(Mateo 3:12). Ambos hablan del mismo suceso, del mismo día del Señor, del mismo juicio venidero a Israel.
20. En el griego la expresión “ira venidera” es “ira que viene en camino” no sólo en el futuro de Juan sino como algo inminente. Es una ira que pronto sería derramada sobre la nación judía “Ya el hacha está puesta en la raíz de los árboles”. La nación judía estaba en su última prueba bajo el ministerio latente del segundo Elías llamado Juan como el precursor del “día grande y terrible de Jehová”. Si aquellos “árboles judíos” rechazaban las advertencias, el hacha caería y entrarían a ser quemados en el fuego donde no les quedaría ni raíz ni rama. Sobre ellos vendría Jehová y heriría su tierra con maldición. Lo que habló Juan fue especifico, nacional, local e inminente y sobre esa generación “vino la ira ardiente de Jehová” en el año 70 d.C.
21. La predicción de la ira ardiente en los evangelios: La muerte de Juan por Herodes Antipas tuvo que señalar una nueva orientación en el ministerio de Jesús, el libertador de Israel. Parece ser que los milagros, las multitudes en pos de Jesús indicaron que la misión de Juan en ganar el corazón de Israel fracasó, no por su misión, sino por la incredulidad de Israel.
22. El Señor Jesús comenzó a predicar el “arrepentimiento para entrar al reino de los cielos” (Mateo 4:17) que fue la misma descripción de la predicación de Juan en (Mateo 3:2). Juan y Jesús llamaron a Israel al arrepentimiento anunciando el acercamiento del “reino de los cielos” para los judíos, “a los suyos vino”. El “reino de los cielos” se les había acercado a los judíos, pero no les llegó ni en el tiempo de Jesús ni en el día de Pentecostés.
23. Juan y Jesús hablaron de un juicio que debía venir sobre aquella generación de judíos existentes y que en efecto les vino, por su rechazo abierto a las invitaciones de salvación. Juan habló de “ira que viene” y Jesús habló de “juicio que viene”. Ese juicio que vendría sobre las ciudades incrédulas de Judea, sería mayor según Mateo 11:20.24) que el que cayó sobre Tiro, Sidón, Sodoma y Gomorra. La catástrofe sobre los judíos no era remota, sino cercana o para esos días que realmente la vivieron los existentes de aquella generación.
24. Tanto en Mateo 12:38-46 como en Lucas 11:16,24-36 los escribas y fariseos pidieron señal de Jesús. En este contexto, Jesús les habló de la señal de Jonás que por medio del arrepentimiento de los Ninivitas condenaron en juicio a esa generación. La reina del Sur se levantó en juicio contra la generación de los días de Salomón por venir a oír la sabiduría del Rey de Israel. Y finalmente, Jesús compara a Israel con un espíritu inmundo que no tiene reposo interior y la expresión “siete espíritus peores que él” da por entendido que el estado de Israel si no se arrepentía, sería peor que el primero. Ese estado postrer fue el que le sucedió en el año 70 d.C. Jesús afirma que ese “estado peor” de destrucción le acontecería a esa mala generación de judíos.
25. La palabra generación (genea) se refiere al pueblo de Israel, a la generación viviente de judíos de esa época. En Mateo 11:16 como en Lucas 7:31 Jesús expresó “Mas, ¿A qué compararé a esta generación?” se refería a esos judíos presentes que no escucharon a Juan ni a Jesús sus contemporáneos. En la expresión de Mateo 23:33 “Generación de víboras” Jesús resalta la generación que existía que superaba su culpa a la de los paganos.
26. En Lucas 13:1-9 Jesús le dice a los judíos “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. Jesús percibió las inminentes calamidades de la nación de Israel. En aquellos tiempos el tema de conversación entre el pueblo era la súbita destrucción de 18 personas que perecieron con la caída de la torre cerca del estanque de Siloé. Jesús les dice a ellos, que las víctimas de esa calamidad no eran excepcionalmente malas e impías, sino que una suerte semejante vendría sobre los judíos que no se arrepintieran. Jesús les advirtió “Todos vosotros pereceréis del mismo modo”.
27. Fue en la fiesta de la Pascua cuando la población de Judea se había congregado en Jerusalén, y allí fue encerrada por las tropas del general Tito. El historiador Flavio Josefo nos dice que –la sangre de los sacerdotes judíos fue derramada al pie del altar en el templo de los sacrificios donde oficiaban en ese día. Los soldados romanos fueron los ejecutores del juicio divino.
28. En Lucas 13:6-9 Jesús refirió el mismo significado profético en la parábola de la Higuera estéril que es Israel que fue cultivada por mucho tiempo por los profetas, pero sin producir fruto para su duelo que es Dios. Ahora, la Higuera Israel llega a su última prueba. El hacha de Juan que estaba puesta a la raíz del árbol fue aplazada debido a la obra de gracia que Jesús estaba teniendo con Israel para alimentarlos con su palabra y cultivarlos, pero un poco más de tiempo y saldría el decretó final: “Córtala” ¿Para que inutiliza también la tierra? V:8.
29. Israel como Higuera inútil, que no reconoció el propósito de su existencia fue destruida fue alcanzada por los juicios de Dios y cortada de su reino.
30. El día ardiente de Jehová fue el fin del siglo de la dispensación del judaísmo: En Mateo 13:36-50 Jesús le habla a sus discípulos de la parábola de la cizaña y la red. Les dice que la siega es el fin del siglo donde los echarán en el horno de fuego y allí será el lloro y el crujir de dientes. En el V:38 la palabra mundo es koinos y se refiere al mundo de los hombres, pero en el V:39 siglo es eón y se refiere a un periodo de tiempo, era o época. El fin del mundo o del siglo es el fin de era, de la época para darle paso enseguida a una nueva era. La creencia de los judíos era que Su Mesías entronizaría un nuevo eón o era a la que llamaban “el reino de los cielos”. El éon o era existente era la dispensación del judaísmo de esa época, era que ahora en las palabras de Jesús se acercaba a su fin. Jesús usa estas parábolas para describir como terminaría.
31. La misma separación final que habla Malaquías y Mateo entre los justos y los impíos; la misma purificación de la tierra; el mismo recoger el trigo en el granero; el mismo quemar de la paja o cizaña en el fuego es lo que Jesús afirma en todas estas parábolas cuando habla de la misma catástrofe, que es la “ira que vino sobre aquella misma generación, cuando Jerusalén se convirtió en el lago de fuego y azufre o en un horno de fuego sin cesar, donde la era del judaísmo llegó a su fin en el día ardiente y terrible de Jehová.
32. En Mateo 13:37 Jesús habla de sí mismo como el sembrador de la buena semilla en los días de su ministerio público y los resultados que produjo los “hijos del reino” y que a la vez produjo la “cizaña como los hijos del malo” (judaísmo). En Lucas 13:26-28 Jesús describe la condenación de aquellos judíos que tuvieron el privilegio de disfrutar de Su presencia personal y del poder de Su ministerio, pero que fueron cizaña para la el fuego, por ser hacedores de maldad, donde ellos fueron excluidos del reino.
33. Cuando Jesús dijo en Mateo 13:43 “El que tenga oídos para oír, oiga”, estaba puntualizando la importancia de tener un verdadero concepto del período que estaba hablando el Señor. Ese período era el fin de la era de más de 40 generaciones del sistema de leyes que estaba a punto de ser reemplazada y desparecer para darle entrada a una nueva era.
34. El largo período durante el cual Dios había “agotado” todos los métodos para reformar a Israel estaba a punto de terminar desastrosamente. La ira por largo tiempo contenida y reprimida habría de estallar y destruir a aquella perversa e incrédula generación. Su “último día” sería el día grande, ardiente y terrible de Jehová. Este sería al fin del siglo y el fin del siglo, ¿De cuál siglo? Del siglo del judaísmo. La crisis ya estaba en camino desde el año 31 d.C. al año 70 d.C. Esa crisis habría de llegar “como ladrón en la noche”. Esta es la más clara explicación de todas aquellas constantes exhortaciones que usted puede ver y leer en todas las epístolas, ¿Cuáles eran? Eran a vigilar, ser pacientes y esperar.
35. Los santos de Roma, Jerusalén, Efeso, Colosas, Tesalónica, Filipos, Asia menor, Laodicea, Esmirna, Sardis, Filadelfia, Pérgamo, Tiatira, etc vivían esperando una consumación que habría de llegar en su propio tiempo y que la verían con sus propios ojos. Todo lo que usted lea en las epístolas y aun en el Apocalipsis sobre juicio y segunda venida de Cristo apuntaba hacia ese fin del siglo, hacia ese año 70 d.C.
36. Los días sobre Jerusalén: En Lucas 19:41-44 Jesús hizo un lamento sobre la ciudad de Jerusalén. Les dijo que el día de su paz estaba encubierto para sus ojos- ese día de paz era el mismo Jesús-y les advierte que vendría días sobre Jerusalén, cuando sus enemigos (los soldados romanos) la rodearían con vallados, la sitiarían y por todas partes la estrecharían. La derribarían a tierra y también a sus hijos dentro de la misma ciudad. No dejarían piedra sobre piedra, por cuanto no quisiste conocer el tiempo de su visitación que era Jesús su verdadero libertador. Todo esto predicho por Jesús se cumpliría antes de 40 años por su lenguaje es homogéneo y continuó. Aquí no cabe el “doble sentido”. No existe el a veces el año 70 d.C. o a veces un período de tiempo desconocido o futurista de Jerusalén.
37. El segundo lamento de Jesús sobre Jerusalén: En Mateo 23:37-39 y Lucas 13:34,35 Jesús profetiza que vendrá el tiempo cuando “vuestra casa es dejada desierta”. Esto lo dijo Jesús cuando partía del templo para no regresar más a él hasta que viniera en juicio sobre Jerusalén. Jesús tenía angustia por Jerusalén, así como la gallina la tiene cuando ve al águila amenazante en el cielo y ansiosamente trata de juntar a sus polluelos bajo sus alas. Cuando tal angustia veía Jesús a las legiones del águila romana aproximarse para juicio sobre los hijos de Jerusalén y trataba de salvarles con solicitudes de amor, pero todo eso fue en vano, ¡Eran como hijos muertos a la voz del amor maternal!.
38. La suerte de aquella Jerusalén en los tiempos de Jesús estaba sellada y el Señor Jesús se le oprimía el corazón de angustia al darle su último adiós. Jesús les dijo “no me veréis más, hasta que digáis Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Esta era la famosa frase que el judaísmo usaba para hablar de la venida del Mesías-era el saludo mesiánico-equivalente a ¡Salve, ungido de Dios!. Se supone que fue adoptado del Salmo 118:26.
39. El Señor Jesús que salía del templo regresaría a su templo (antes de 40 años) y aquella misma generación presenciaría su regreso. Ellos y El habrían de encontrarse por segunda vez u otra vez. El vendría súbitamente a su templo. Ellos esperaban a su Mesías con gozo, pero debido a su incredulidad, ahora ¿Quién podría soportar el tiempo de su venida? ¿Quién podría estar en pie cuando El se manifieste? Ese día –año 70 d-C.-les traería la desolación de la casa de Dios-la destrucción de su existencia nacional-el estallido de la ira contenida de Dios sobre Israel. Este era el regreso segundo del Mesías de Israel. Jesús vino en el año 70 d.C. y cerró la era judía. La historia verifica la profecía.
40. El Apocalipsis de los evangelios es la profecía del monte de los Olivos: Mateo 24- Marcos 13- Lucas 21 nos describe este Apocalipsis. Los discípulos acababan de ser sacudidos en su mente por la predicación de Jesús tocante a la total destrucción de la casa de Dios. Todavía estaban estupefactos, cuando fueron a Jesús con esta pregunta ¿Cuándo será esto? ¿Y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder? La ansiedad de ellos era por saber el momento y conocer la señal de Su llegada. Mateo, Marcos y Lucas hacen que la pregunta de ellos se refiera a un suceso y una sola ocasión (Lucas 21:7)(Marcos 13:4)(Mateo 24:3).
41. El fin del siglo en esos contextos no era el fin del mundo o destrucción del mundo material. El verdadero significado de siglo es aion que no es mundo, sino época, que indica la proximidad de ese período de tiempo e implica una consumación específica. El eón del que le habló Jesús a sus discípulos estaba a punto de terminar en una gran catástrofe. Una catástrofe no es un proceso prolongado, sino un acto definitivo y culminante.
42. La economía de la ley mosaica; la pompa del templo de Jerusalén; la santa ciudad amada por los judíos; la casa que fue era el paladio de la seguridad de la nación de Israel; estaba a punto de ser profanada y destruida, de modo que no quedaría piedra sobre piedra. El pueblo de la nación favorecida, con la cual el Dios de toda la tierra se dignó entrar en pactos y ser llamado Rey, habría de experimentar las calamidades que nación otra jamás vivió. Los judíos serían expulsados de su propia ciudad para que andar como peregrinos sobre la faz de la tierra con su conocido refrán “judíos errantes”.
43. Pero todos estos males traerían cosas buenas. El fin del judaísmo en el año 70 d.C. como religión oficial del Dios de Israel sería la inauguración del reino de Dios. Lo antiguo dio lugar a lo nuevo. La ley fue reemplazada por el evangelio de la gracia y la gracia sería el anuncio del amor incondicional eterno. Cristo tomaría el lugar de Moisés. El sistema estrecho que abarcaba sólo a judíos, fue sucedido por un nuevo pacto, que abarcaba a todos los hombres sin distingo de raza y nacional y no conocía diferencia entre judíos y gentiles. La dispensación de los símbolos, sombras, y ceremonias bajo la ley quedaron abrogadas, no válidas para salvación, espiritualidad o confirmación de nada. Los niños fueron los que necesitaron esos pobres y débiles rudimentos. Ahora en el nuevo pacto el servicio es espiritual no ritual. Cada hombre es un templo donde Dios es el Padre universal. Cada adorador es un sacerdote. Esta es la verdadera revolución que jamás la historia de la humanidad conoció. Dios hizo un mundo nuevo. Estamos en la más memorable época en el tiempo de Dios. ¡Abba Padre!. El día ardiente de Jehová cesó, ya no vendrá más. La oscuridad cesó y ahora brilla luz admirable de Señor. Derecho reservados-Nit-800211614-1-RCMIJ-Reynaldo Estrada.